Haces un guiso de carne y sobra bastante, lo más sencillo es coger la olla y meterla en la nevera. Un sencillo gesto que sin embargo no está exento de riesgos para la salud. Es muy importante mantener los alimentos en frío ya que tal y como explican desde la OCU "el crecimiento de los microorganismos a temperaturas bajas se vuelve más lento e, incluso, se detiene". Meter estas sobras en la nevera es una excelente forma de evitar muchas infecciones e intoxicaciones por alimentos. Pero las ollas de aluminio no son la mejor opción. Te contamos por qué. Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) explican que al entrar en contacto el frío y la humedad de la nevera con el aluminio de la olla, se acelera el proceso de oxidación de la comida y este puede afectar a los alimentos haciendo que se pongan en mal estado y puedan provocarnos una intoxicación alimentaria, además de ver alterados su sabor y olor. Desde 65ymas.com añaden algo más "la propia olla se podría deteriorar, y si la comida que hay dentro es una salsa, permanecer dentro podría llegar a afectar a su estructura, pudiendo corroer el recubrimiento y acabar con su capacidad antiadherente".