Eso de que el pastel ruso sea un dulce típico de Huesca es una de esas maravillas de la historia que merece la pena admirar. La historia de cómo ese nombre acabó en la ciudad oscense implica a la emperatriz Eugenia de Montijo y a Alejandro II, Zar de Rusia. Pero nosotros vamos a hablar simplemente de sus maravillas: es un pastel de dos bizcochos de merengue de almendra muy finitos superpuestos que encierran entre sí una mousseline de avellanas, una mezcla hecha con crema pastelera, praliné y mantequilla. Vamos, que es complicado que salga mal.
Otra de las maravillas de este postre es que, a pesar de tener bizcochos, es sin gluten: la miga se forma con claras de huevo batidas y azúcar. El más famoso es el de la Pastelería Ascaso, que gracias a su popularidad ya ha salido de Aragón y se vende online, e incluso en algunos supermercados gourmet nacionales.
Un aviso importante: el paso final de refrigerarlo en la nevera después de montarlo, al menos dos horas, es bastante importante, ya que durante ese reposo los bizcochos se hidratarán con parte la humedad de la mousseline y el pastel adquirirá su característica esponjosidad. Después, lo suyo es comerlo a temperatura ambiente, para que la mantequilla del relleno tenga textura de pomada y sea supercremosa.
Si tienes dudas o quejas sobre nuestras recetas, escríbenos a [email protected]. También puedes seguir a El Comidista en TikTok, Instagram, Twitter, Facebook o Youtube.
2023-09-15T05:47:49Z dg43tfdfdgfd