FRESAS CON BURRATA EN VERSIóN SALADA Y DULCE

¿Hay algo con lo que la burrata no quede bien? Lo dudamos: su cremosidad alegra tanto platos de pasta como ensaladas, pizzas o focaccias, su suavísimo toque de acidez combina perfectamente con aceitunas o salazones como las anchoas, simplemente sobre una rebanada de pan tostado es un manjar y también casa genial con hortalizas -tomate, te estamos mirando a ti, pero también a una cebolla dulce de Fuentes de Ebro salteada- tanto crudas como asadas.

No llamaremos a esto receta porque sería demasiado hasta para unos consumados jetarrecetistas como nosotros: llamémosle “combinación afortunada de ingredientes” y tan contentos. La cuestión es que la dulzura de la fresa queda genial con el queso untuoso, y con muy poco más podemos conseguir tanto un aperitivo -casi, casi una ensalada, si le añadimos un poco de rúcula- como un postre deliciosos. Solo tenemos que decidir con qué queremos aliñar este dúo y en cinco minutos lo tenemos listo.

El leve color rojizo que se aprecia sobre la burrata en la foto es fruto de dejar reposar algunas de las fresas con un poco de vinagre de Jerez para potenciar su dulzura (y de paso para conseguir un vinagre aromatizado y un pequeño juego de texturas). Esta técnica se puede usar tanto para la versión dulce como para la salada, y sin inclinarse ni por una ni por la otra: probadla con un buen chorro de aceite de oliva rico por encima y después decidid si hace falta añadirle algo más.

Si haces esta receta, comparte el resultado en tus redes sociales con la etiqueta #RecetasComidista. Y si te sale mal, quéjate a la Defensora del Cocinero enviando un mail a [email protected].

2023-04-29T04:23:57Z dg43tfdfdgfd